jueves, 30 de octubre de 2014

Animales abisales sebastian gonzales

animales abisales

A partir de 1977, con la aplicación más normalizada de batiscafos, los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2.500 metros de profundidad. Para superar la gran presión, la mayoría de los peces abisales tienen sus huesos bajo en calcio y poco desarrollados debido a la oscuridad, tienen el cuerpo lleno de agua y por eso los líquidos son casi incompresibles y, por lo tanto, los peces pueden aguantar el peso de la columna de agua simplemente manteniendo igualadas las presiones externa e interna. Estos peces, la gran mayoría, también poseen una característica muy peculiar: son ciegos, tienen ojos pero no pueden ver y puede que la oscuridad sea un factor. Utilizan otros sentidos más adecuados para percibir el entorno en falta de luz, como la sensibilidad a campos eléctricos de otros animales.
En algunos lugares, las aguas de estos fondos abisales están calentadas por chimeneas hidrotérmicas que se abren en el fondo marino. A pesar de estos calentadores naturales, en muchos lugares estas temperaturas no superan los 2 grados centígrados. Por lo general, a estas profundidades la temperatura oscila entre 0 °C y -3 °C dependiendo de la profundidad y zona.
No se conoce actualmente cuántas especies distintas habitan estos fondos marinos, pero aquellas que han sido avistadas tienen, generalmente, formas "monstruosas" en relación a los estándares de peces de lugares más superficiales. Además, según los científicos, estos peces son descendientes de los peces superficiales y son así debido a las condiciones en los que ellos viven. Estos tipos de peces tienden al gigantismo debido a las condiciones extremas en las que viven. Crecen muy lentamente, por lo tanto, su metabolismo es también muy lento y viven muchos años. Para salvar la falta de alimento, presentan cambios evolutivos tales como grandes bocas, estómagos deformables, órganos bioluminiscentes, dientes desproporcionados, etc.
Desde la superficie apenas llega alimento. Sólo el 5% de la energía que se produce en la zona iluminada llega hasta su hábitat, de modo que estos predadores esperan inmóviles a que sus detectores de movimiento les comuniquen la llegada de algo comestible.
A partir de 1977, con la aplicación más normalizada de batiscafos, los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2.500 metros de profundidad. Para superar la gran presión, la mayoría de los peces abisales tienen sus huesos bajo en calcio y poco desarrollados debido a la oscuridad, tienen el cuerpo lleno de agua y por eso los líquidos son casi incompresibles y, por lo tanto, los peces pueden aguantar el peso de la columna de agua simplemente manteniendo igualadas las presiones externa e interna. Estos peces, la gran mayoría, también poseen una característica muy peculiar: son ciegos, tienen ojos pero no pueden ver y puede que la oscuridad sea un factor. Utilizan otros sentidos más adecuados para percibir el entorno en falta de luz, como la sensibilidad a campos eléctricos de otros animales.
En algunos lugares, las aguas de estos fondos abisales están calentadas por chimeneas hidrotérmicas que se abren en el fondo marino. A pesar de estos calentadores naturales, en muchos lugares estas temperaturas no superan los 2 grados centígrados. Por lo general, a estas profundidades la temperatura oscila entre 0 °C y -3 °C dependiendo de la profundidad y zona.
No se conoce actualmente cuántas especies distintas habitan estos fondos marinos, pero aquellas que han sido avistadas tienen, generalmente, formas "monstruosas" en relación a los estándares de peces de lugares más superficiales. Además, según los científicos, estos peces son descendientes de los peces superficiales y son así debido a las condiciones en los que ellos viven. Estos tipos de peces tienden al gigantismo debido a las condiciones extremas en las que viven. Crecen muy lentamente, por lo tanto, su metabolismo es también muy lento y viven muchos años. Para salvar la falta de alimento, presentan cambios evolutivos tales como grandes bocas, estómagos deformables, órganos bioluminiscentes, dientes desproporcionados, etc.
Desde la superficie apenas llega alimento. Sólo el 5% de la energía que se produce en la zona iluminada llega hasta su hábitat, de modo que estos predadores esperan inmóviles a que sus detectores de movimiento les comuniquen la llegada de algo comestible.
A partir de 1977, con la aplicación más normalizada de batiscafos, los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2.500 metros de profundidad. Para superar la gran presión, la mayoría de los peces abisales tienen sus huesos bajo en calcio y poco desarrollados debido a la oscuridad, tienen el cuerpo lleno de agua y por eso los líquidos son casi incompresibles y, por lo tanto, los peces pueden aguantar el peso de la columna de agua simplemente manteniendo igualadas las presiones externa e interna. Estos peces, la gran mayoría, también poseen una característica muy peculiar: son ciegos, tienen ojos pero no pueden ver y puede que la oscuridad sea un factor. Utilizan otros sentidos más adecuados para percibir el entorno en falta de luz, como la sensibilidad a campos eléctricos de otros animales.
En algunos lugares, las aguas de estos fondos abisales están calentadas por chimeneas hidrotérmicas que se abren en el fondo marino. A pesar de estos calentadores naturales, en muchos lugares estas temperaturas no superan los 2 grados centígrados. Por lo general, a estas profundidades la temperatura oscila entre 0 °C y -3 °C dependiendo de la profundidad y zona.
No se conoce actualmente cuántas especies distintas habitan estos fondos marinos, pero aquellas que han sido avistadas tienen, generalmente, formas "monstruosas" en relación a los estándares de peces de lugares más superficiales. Además, según los científicos, estos peces son descendientes de los peces superficiales y son así debido a las condiciones en los que ellos viven. Estos tipos de peces tienden al gigantismo debido a las condiciones extremas en las que viven. Crecen muy lentamente, por lo tanto, su metabolismo es también muy lento y viven muchos años. Para salvar la falta de alimento, presentan cambios evolutivos tales como grandes bocas, estómagos deformables, órganos bioluminiscentes, dientes desproporcionados, etc.
Desde la superficie apenas llega alimento. Sólo el 5% de la energía que se produce en la zona iluminada llega hasta su hábitat, de modo que estos predadores esperan inmóviles a que sus detectores de movimiento les comuniquen la llegada de algo comestible.


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